Missionário da Consolata na Colômbia e no Equador...

terça-feira, 14 de fevereiro de 2012

“Alegres en la esperanza” (Rm 12,12) – Ordenación Diaconal de Julio Caldeira, imc

En un hermoso día ofrecido por Dios, en el marco de la fiesta de Ntra. Sra. de Lourdes y del Beato José Allamano, fundador de los Misioneros y Misioneras de la Consolata, se realizó la Ordenación Diaconal de Julio César Caldeira Ferreira, Misionero de la Consolata, de nacionalidad brasileña, quien hace un año está acompañando las comunidades indígenas del Cantón Putumayo, en jurisdicción del Vicariato Apostólico de Sucumbíos - ISAMIS, en Ecuador.

Fue significativa la participación de la gente: eran cerca de 350 personas provenientes de casi toda la Provincia. Con varias comunidades indígenas y campesinas del Cantón Putumayo, para acompañar esta sentida celebración realizada en la comunidad indígena kichwa Silvayaku, se dieron cita representantes de las comunidades y de los equipos misioneros de los demás cantones y de todas las pastorales: indígena, urbana, negra y campesina de las diferentes zonas y sectores, Seminario La Encarnación, Radio Sucumbíos y área de proyectos de pastoral social, y de los movimientos apostólicos Juan XXIII y Renovación Carismática de la Iglesia de Sucumbíos.

Algunos equipos misioneros y comunidades presentes. De Pastoral Indígena: San José del Aguarico (Hermanas Lauritas y Ministerios), Colegio Inter-cultural Bilingüe Abya Yala (Voluntario y Hermanas Misioneras del Sagrado Corazón), Palma Roja (Misioneros y laicos de la Consolata y estudiantes); EPI Centro (Misioneros y laicos de la Consolata); de Pastoral Negra: Claritza Méndez; de Pastoral Campesina: Parroquia S. Isidro en Vía Colombia (Sacerdote diocesano local, Ministerios y otr@s laic@s), Dureno (Sacerdote diocesano local de COIM y laic@s), Pacayacu, (Hermanas Marianitas y Ministerios), Vía Coca (Ministerios y otr@s laic@s), Lumbaqui y Casa de Espiritualidad Monte Carmelo (laica y Hermanas de la Compañía de Santa Teresa), Colegio San Miguel de Puerto El Carmen (Hermanas y misioner@s laic@s de la Providencia); Sevilla-Cascales (misionera laica y Ministerios), Aguas Negras (Cuyabeno y Putumayo: Sacerdote diocesano local, Ministerios y otr@s laic@s); de Pastoral Urbana: Sacerdotes diocesanos locales, sacerdotes colaboradores, misionera COIM, Hermano Corazonista, Ministerios y otr@s laic@s de los cuatro sectores: centro, sur, este, Parroquia Divino Niño y San José Obrero.

La Celebración Eucarística, presidida por Mons. Ángel Polibio Sánchez Loaiza, Delegado Pontificio para Sucumbíos, comenzó cerca de las 10:30 a.m. en la comunidad indígena Kichwa de Silvayaku, concelebrando con él los padres diocesanos locales Edgar Pinos, Pablo Torres, Santos Masa y Raúl Usca, los sacerdotes colaboradores P. Luis Satián, Miguel Corral, Wilson Yarama, Pablo Silva y Miguel Montero y once misioneros de la Consolata provenientes de Kenya, Uganda, Colombia, Italia y Argentina, acompañados de los diáconos permanentes del Vicariato.

Se dio inicio de manera sencilla, con el cordial saludo de acogida por parte del Presidente de la Comuna, Carlos Machoa, quien resaltó que “con mucho orgullo recibimos a todos para este encuentro donde nuestro hermano Julio Caldeira, hoy día hace su voto perpetuo ante Dios y a la vez nos da un ejemplo a cada uno para que sigamos los mismos misterios del Señor que nos invita cada día a dar un paso más adelante a construir el Reino de Dios”.

En el transcurso de la celebración, con significativa participación de los y las fieles y el grupo de música cantando en castellano y en kichwa, Mons. Ángel recordó que “toda vocación especifica nace de la iniciativa de Dios, es don de la caridad de Dios, es Él quien da el primer paso y no como consecuencia de una bondad particular que encuentra en nosotros, sino en virtud de la presencia de su mismo amor derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado. (…) La grandeza de la vida cristiana consiste en amar como ama Dios. Un amor que se manifiesta en el don total de sí mismo, como Julio César ha hecho en el servicio a las comunidades de esta región de nuestro Vicariato”.

Al final, el Superior Provincial de los Misioneros de la Consolata de Colombia-Ecuador, Padre Joaquín Pinzón, expresó tres sentimientos de gratitud “por sentirnos, como Misioneros de la Consolata, bendecidos, acogidos y acompañados (…) por este Santuario de la Amazonía que Dios nos ha regalado, un santuario ecológico y fuente de vida, y por la Iglesia de Sucumbíos que ha sido la comunidad y familia de fe de Julio y de los Misioneros de la Consolata”.

El neo-diácono Julio Caldeira resaltó que “es una alegría estar aquí y estar compartiendo con ustedes este momento importante para mi vida y para la vida de tantas personas que en estos 32 años hicieron posible que yo estuviera aquí en este momento. Agradezco, de manera especial, a mis tres familias que tengo importantes en mi vida: a mi familia de sangre que tengo en mi corazón y que me impulsó, me dio la vida y la posibilidad de dar los primeros pasos; a mi familia Consolata, que hace diez años conocí por medio de mi madrina Alenyr Vizeu, -presente en esta celebración-, familia que fui conociendo y amando entre altos y bajos, dificultades y muchas alegría; y a mi familia de fe que son cada uno de ustedes que comparte la vida conmigo en este momento y a todos los amigos y amigas que pasaron por mi vida, que hicieron posible que yo estuviera aquí en este momento”. Agradeciendo a la Iglesia de Sucumbíos y a las 23 comunidades indígenas kichwas que le enseñaron muchas cosas, sobre todo a ser más paciente en todo, concluyó diciendo que “debemos estar alegres en la esperanza que viene de Dios juntos por la paz y la reconciliación en Sucumbíos y en el mundo”.

Sin duda, esta celebración es un signo muy fuerte de esperanza en este nuevo momento de camino del Vicariato con el anuncio oficial hecho por Mons. Ángel Polibio al final de la celebración, de que el Santo Padre Benedicto XVI anunció que el Administrador Apostólico con sede plena para el Vicariato de San Miguel de Sucumbíos es Mons. Paolo Mietto. “Estemos unidos en los preparativos sencillos y humildes de un pueblo que acoge, espera y desea el acompañamiento de él, con la celebración que ha de realizarse en su debido momento”, dijo Mons. Ángel.

Julio Caldeira, imc


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